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Hiperhidrosis: La sudoración excesiva que perjudica la vida social y laboral

La hiperhidrosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por la sudoración excesiva en una o más partes del cuerpo, en especial las axilas, las plantas de los pies y las manos, ya que estas partes tiene mayor número de glándulas sudoríparas.

La Dra. Cyndi Rodríguez, dermatóloga del Hospital Guillermo Almenara, indica que los casos de esta enfermedad tienen un origen genético y suele presentarse a temprana edad. “Es una enfermedad con base genética, quiere decir que hay una alteración de vías nerviosas que controlan la producción de sudor. Es una enfermedad crónica con inicio temprano, por lo general la niñez o en la adolescencia, y tiene un factor de herencia importante. Se puede manifestar en cualquier etapa de la vida, incluso en la adultez, pero comúnmente se presenta en etapas de niñez y adolescencia”, indicó la doctora.

Muchas veces estos pacientes tienen otros síntomas asociados como palpitaciones, ansiedad, cuadros de estrés, entre otros, por ello es importante el tratamiento complementario con el área de psicología. “Esta enfermedad perjudica la actividad laboral y social de los pacientes, con vergüenza, temor, ya que se sienten mal por presentar esta sudoración excesiva que impide el correcto desarrollo de sus actividades sociales, familiares y laborales” sostuvo la dermatóloga.

La hiperhidrosis se clasifica en dos:
•Primaria: se genera cuando no hay una causa aparente.
•Secundaria: puede estar asociada con otras enfermedades, con el consumo de ciertos fármacos, tumores cerebrales, infecciones, entre otros.

Los estudios de prevalencia varían entre un 2% o 3% de la población mundial que estaría afectada con esta enfermedad.

En algunos casos, la hiperhidrosis puede ir acompañada de mal olor, a ese fenómeno se le llama bromhidrosis, y es causado por las bacterias y hongos que viven en nuestra piel, que al metabolizar o procesar los restos de piel y componentes del sudor, producen malos olores.

Como parte del tratamiento de esta dolencia se recomienda el uso de ropa de algodón, no usar calzado sintético, asistir a los controles periódicos con el dermatólogo, y, de ser el caso, también asistir a consulta psicológica. Asimismo, también se recomienda el uso de lociones antitranspirantes, como el cloruro de aluminio en diversos porcentajes que ayudan a la regulación del sudor, los polvos secantes y cuando estos no funcionan, se debe buscar un tratamiento sistémico (vía oral) con medicamentos que van a regular las vías nerviosas que se ven afectadas con esta enfermedad.

Además, se puede utilizar la toxina botulínica, inyectada directamente en la zona afectada, la cual puede tener un período de duración de 3 meses en la zona de las manos, y 8 meses en promedio en la zona de los pies.

Cuando todas estas opciones han fallado, ya debe aplicarse una cirugía a las glándulas que causan está enfermedad. Esta opción busca eliminar la vía nerviosa afectada en esta enfermedad.

Cuando se presenten un cuadro de sudoración excesiva que perjudique los estudios, trabajo, o la vida social, se recomienda que acudir al dermatólogo para obtener un diagnóstico certero e iniciar el tratamiento más adecuado para cada paciente.