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¿Vacuna contra el Herpes Zóster: ¿Es realmente necesaria?

Durante los últimos años, los peruanos han recibido varias vacunas: contra la COVID-19, la gripe y el neumococo. Ahora se recomienda que también necesitan la vacuna contra el Herpes Zóster. ¿Es realmente necesaria?

Definitivamente sí. El Herpes Zóster afecta a una de cada tres personas en algún momento de su vida, según la Dra Kaori Shimabukuro Higa, médico de detección temprana y prevención del Centro de Bienestar Auna. Por ello, su prevención es especialmente importante a medida que envejecemos.

¿Qué es el Herpes Zóster?

Es una erupción en la piel muy dolorosa que puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, aunque aparece con mayor frecuencia en el torso en forma de una franja de ampollas en un lado del cuerpo.

Causas

Es la manifestación local de la reactivación del virus de la varicela y está asociada al debilitamiento del sistema inmunológico debido al envejecimiento, estrés, enfermedades crónicas o tratamientos médicos inmunosupresores.

“Se estima que hasta el 20% de las personas que han tenido varicela sufrirán una reactivación en forma de Herpes Zóster en la edad adulta. Esto sucede más frecuentemente a partir de los 60 años, ya que con la edad van disminuyendo las defensas naturales contra el virus” comenta la Dra Kaori Shimabukuro Higa, médico de detección temprana y prevención del Centro de Bienestar Auna.

¿El Herpes Zóster es contagioso?

Es normal preguntarse si esta enfermedad es contagiosa. Lo cierto es que los brotes de Herpes Zóster no se contagian de una persona a otra, pero la varicela sí se puede transmitir si una persona tiene contacto con el líquido que hay dentro de las ampollas de zóster y si, además, no cuenta con inmunidad contra esta enfermedad.

En ese sentido, el riesgo de transmitir el virus es bajo si se mantienen cubiertos los brotes. Así mismo, tampoco se puede propagar el virus antes de que aparezcan las ampollas o después de que se formen costras.

Complicaciones

Cuando el virus se reactiva, desciende por los nervios sensoriales produciendo unas lesiones en la piel parecidas a las de la varicela. La diferencia es que se localizan en la zona que inerva el nervio. Esto genera un dolor neuropático, que no mejora con los analgésicos habituales.

Además, puede causar complicaciones neurológicas graves como encefalitis, y aumentar significativamente el riesgo de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. También puede provocar sordera o ceguera.

Vacunarse es clave para reducir el riesgo y las complicaciones asociadas con esta enfermedad. Esta vacuna está dirigida tanto a personas que hayan tenido varicela como a quienes no, a adultos de 50 años y mayores, y a personas con el sistema inmunológico comprometido, según señala el Centro de Bienestar Auna. Conoce más aquí.